2 de abril de 2007



¿Luchar por el Pan o por la Libertad?
...Problemas para un nuevo sindicalismo en Chile


Por Vicente Painel S.

“El trabajo nutre. La pereza encoleriza y enloquece"

José Martí.

Difícil pregunta inaugural: ¿Luchar por el pan o por la libertad?. Primero, es poco probable que alguien que no esté comido, que no tenga pan en el estómago se pueda hacer esa pregunta. Quizás por donde hay que empezar entonces, es por la siguiente interrogante ligada con el sujeto que normalmente se asocia a las rebeliones como posibilidades de transformaciones histórico- estructurales: ¿Por qué lucharía un hambriento, por el Pan o por la Libertad?. Luego, ¿significará, por secuencia lógica, que se necesita un pueblo hambriento para que haya una revolución? No y sí... No necesariamente, si bien la Revolución Rusa podría ser un ejemplo de éste fenómeno, la Revolución Cubana lo problematizaría, no porque Batista mantuviera repleto de bienestar económico a Cuba, sino porque no es 1959 el periodo en que Cuba haya estado peor económicamente y sin embargo, es el momento en que Cuba derriba su tiranía y comienza su revolución tomándose el poder y expulsando a los intereses norteamericanos. Entonces: ¿Ser dignos para comenzar a ser libres? o ¿ser libres para comenzar a ser dignos? Las dos cosas simultáneamente dijo un compañero, por allá otra compañera recalca ¡No hay que olvidar la dialéctica! Importante y solar afirmación, se acabó la diatriba, se acabó el ensayo, tenemos categórica respuesta. Pero, ¿Cómo se resuelve esto en la realidad es el dilema, hace desesperante la paradoja. Alguien apegado a los derechos humanos sostendrá: el ser humano por el solo hecho de ser humano es digno y tiene derecho a la libertad. Esto es en otras palabras, el ser humano tiene un derecho elemental que es el de alimentarse y por lo mismo tiene derecho a ser libre, o: “todo hombre nace libre y por lo mismo tiene derecho a alimentarse”...El problema es que en Argentina hace un par de años hubo niños que para la crisis del corralito murieron de hambre y en Chile para cuando la muerte del dictador, una niña también falleció de hambre en una población periférica, tal como en África, la África de los niños con pancita es conocida como el continente del hambre. Volvemos a la pregunta inaugural entonces: ¿Se debe luchar primero por el pan o por la libertad?
El presidente Lula al ganar la primera vez el gobierno dijo: yo no soy un revolucionario pero es revolucionario eliminar el hambre en el Brasil, mencionando su plan de hambre cero; sin embargo, eliminando el hambre no ha eliminado la pobreza que lo origina ni la mala distribución del ingreso que produce la pobreza. Una revolución como la revolución cubana se empinó en triunfo con la consigna originaria de Libertad o Muerte. Algún antincastrista dirá que Fidel niveló para abajo, ahora son todos pobres, no obstante, con la alta tasa de calidad de educación reconocida por UNESCO y de salud por OMS, se llega a la convicción de que los cubanos son equitativos en dignidad por lo que todos los cubanos aman a Cuba... son eminentemente cubanísimos. Y a todo esto: ¿Que es la libertad? Hacer lo que uno quiera dirá un individualista, siempre y cuando no afecte al otro agregará un liberal. Me parece, que la definición más completa es la que sugiere aquel cuadro en que una mujer con los pechos descubiertos encabeza la exaltación vulgar, con una bandera en una mano y con la otra convocando a seguir la senda, al lado un niño empuña una pistola. Nos referimos a que libertad es decidir, somos libres cuando empezamos a decidir, y he aquí lo paradójico: en nuestro país muchas veces hemos de hacer muchas cosas que no son de nuestro agrado, que nunca hemos decidido, para poder comer. Será acaso que el pan es enemigo de la libertad, es decir, que para comer tenemos que dejar de ser libres... Parece que se ha planteado el núcleo del problema: ¿Siempre es el trabajo un yugo que nos agobia? ¿Acaso el trabajo siempre está disociado con la libre determinación?, ¿estamos condenados al trabajo?
Hoy en Chile existe un 8 por ciento de sindicalización, nadie defiende el trabajo porque nadie quiere perder su empleo como lo demuestra una encuesta de opinión que acredita que uno de los mayores temores de los chilenos es perder el empleo, y claro, el que intenta sindicalizarse lo echan del trabajo. Pero, si imaginamos la posibilidad de una situación en que el trabajo haga sentirse pleno, entonces: “hago lo que he decidido”, lo que libremente elijo, he ahí una situación en que libertad y pan son dos cuestiones recíprocas porque por medio de ese trabajo que genera plenitud, obtengo el pan que me hace seguir trabajando, ejerciendo mi decisión, siendo libre. Será entonces, que los chilenos han dejado de decidir para poder comer, han delegado en otros las decisiones para poder existir, porque cuando se deciden a decidir (se sindicalizan, se lanzan a una huelga, reclaman, etc) se quedan sin empleo y se mueren de hambre como se supone pasaba en la UP cuando las largas filas para conseguir alimento (noción instaurada bajo forma ínter subjetiva por la dictadura que hace a los “upelientos” sentir culpa por haber ejercido gobierno). Acaso ése, es el verdadero trauma de este país y no el miedo a la represión política. ¿Qué tan mala la situación tendrá que estar en Chile, para que este país se vuelque a la calle pisando fuerte el pavimento, llegando a buscar la felicidad prisionera? ¿Cómo romper la paradoja, como componer la producción de lo circular, como comenzar a dar vuelta la tortilla? ¿Luchar por el Pan o luchar por la libertad?

¿Se puede luchar por el pan sin luchar por la libertad?

Relativo y absoluto…si y no. Con certeza por ejemplo, en algún momento de su vida la pequeña gigante Mélida Anaya Montes pensó para el Salvador la liberación al ir luchando por el pan, como sindicalista de acción y educadora de nuevo tipo, resolviendo esa paradoja de manera maravillosa al hacer cabalgar otra vez a Marti Farabundo. Sin embargo, es vital inmiscuirse en el cómo... ¿Sería válido plantear que el reformismo y la socialdemocracia son buenos ejemplos históricos de que se puede luchar por el pan sin hacerlo por la libertad? Por otro lado, en Chile, la alianza democrática después llamada Concertación demostró en dictadura que se podía luchar por la libertad sin luchar por el pan. Pero, es tan filosófico y a la vez tan práctico lo que establece diferencia, pues por ejemplo, si comprendemos la táctica seguida por el PT brasileño: la de luchar por pan y trabajo como vía de derrocamiento a la dictadura brasileña; es decir: al luchar por el pan se está luchando por la libertad (he ahí una salida exitosa), aunque paradójico es que en Brasil hace muchos años ya alcanzada hipotéticamente la libertad, aún no se ha conquistado el pan, cuestión generalizada en el tercer y cuarto mundo. Del mismo modo, aunque sería susceptible a la crítica de alguien “pragmático”, la libertad está pendiente en todo el mundo también; la llamada Ley Patriota que rige EEUU es una demostración de aquello; de la misma manera el muro, puesto en la frontera con México, devela que el país de la “libertad” tiene gigantescas murallas de encierro, así como las casas del barrio alto en Chile.

Acudiendo a un umbral

El acontecimiento de la libertad se da en la organización, en la asociatividad. La colectividad es la recuperación de la naturaleza social del individuo, el sujeto colectivo es la síntesis de la alienación entre la sociabilidad perdida por la individuación y la conciencia parida desde la sensación del Yo. Por esto organizarse es luchar por la libertad, tener fe en la organización proletaria es tener fe en la humanidad y por lo mismo en la Libertad.
La raíz de la autodeterminación, de elegir decidir, es la asociatividad. Somos libres, es decir empezamos a decidir, en la medida en que los demás son libres. Como dice la antigua premisa libertaria: “tu libertad extiende la mía hasta el infinito” y en una sociedad de clases, en que la concentración económica se vuelve un todo poderoso monopolio transnacional, la lucha reivindicativa, la lucha por el pan está en primer orden.
El centro entonces es la organización, organizarse para luchar por el pan nos va haciendo libres, pues la única manera de ser libres es con “los otros” re-convertidos por medio de la asociatividad en “nosotros”.
¿Se puede conseguir el pan sin organización en los marcos de una sociedad de clases?… sí, pero no se puede ser libre. ¿Se puede ser libre sin estar organizado?… si, pero esa libertad solo será la libertad de comprar y vender en la medida de la inserción particular en el general sistema de intercambio de mercancías. Es decir, el grado de libertad es directamente proporcional a la cantidad de dinero que se traiga en los bolsillos o a la capacidad de deuda que se pueda contraer; se trata en todo caso, como dice el grupo de rock ataque 77, de una libertad condicional.
Entonces: Pan, Libertad y Organización son una triada contradictoria de movimiento, recobrar el sindicalismo como motor vital de pan y libertad es recobrar ese movimiento, ese ritmo, es recuperar la organización, la asociatividad, la colectividad como principio de sociedad...un nuevo modo de sociedad: libre y equitativa, gestionada por nosotros los trabajadores quienes hemos construido el mundo.

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