4 de junio de 2007

Ley de Rebaja Penal Juvenil:
Un eslabón más dentro de la Cadena de Contención Social y Explotación Laboral en Chile

Por Isis Valencia.

Es evidente como la flexibilidad laboral ha cambiado la situación laboral de la clase trabajadora en Chile durante los últimos 20 años. Actualmente, el porcentaje oficial de sindicalización no supera el 10%, un 68% de trabajadores no cuenta con contrato de trabajo -según la encuesta CASEN de 2003- un número de trabajadores, sin duda, mucho mayor está sin contrato indefinido, un 38% de trabajadores se desempeña en lo que los economistas califican como “empleo informal”, es decir, trabajo temporal sin ningún tipo de seguridad social como por ejemplo es el caso de los vendedores ambulantes, lo cual entre muchas otras variantes ha traído como consecuencia una población de trabajadores atomizada y segmentada en categorías que van desde la primera a la última de acuerdo al grado de inestabilidad, precariedad laboral y las mínimas posibilidades que existen de ejercer los exiguos derechos que nos quedan. Dicha situación, pese a la coludida insistencia del gobierno y el empresariado en flexibilizar aún más nuestra ya flexible legislación laboral, ha ubicado a nuestro país –según estándares internacionales– en uno de los países más flexibilizados del mundo con un porcentaje de cesantía extraoficial que supera el 14% y que es considerablemente amortiguado por los casi 200 mil puestos de “trabajo” que genera el gobierno con sus programas de empleos (desvergonzada copia de los pinochetistas PEM y POJH), y por la anacrónica, pero funcional a sus intereses económicos, forma de medición de la condición laboral de los trabajadores (en efecto, si una persona trabaja una hora a la semana o trabajó una hora en la semana que fue encuestado es considerado como empleado, es decir, no cesante). No obstante todo lo descrito, que con mayor detalle bien conocemos todos los trabajadores de este país, el hecho que el porcentaje de cesantía oficial (8,5% en promedio) se quintuplique en los jóvenes de entre 12 y 24 años que pertenecen a los sectores más pobres y marginados de nuestra sociedad, sienta un precedente siniestro respecto de las reales posibilidades de sobre-vivencia que éstos y sus familias tienen y al mismo tiempo encuentra un efectivo elemento que perpetúa dicha situación en la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil. Que esta ley –pese a las denuncias que la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) ha hecho respecto de la violación de la Convención de los Derechos del Niño ratificada por Chile en 1990– rebaje la imputabilidad de los jóvenes de 16 a 14 años incrementado y endureciendo las penas frente a delitos menos graves, no hace mas que expresar el pánico de la clase dominante frente a lo que durante décadas le ha causado a miles de niños y jóvenes de los sectores más deprivados de nuestro país con la droga, la destrucción familiar que ha ocasionado el régimen laboral imperante y una educación reproductora de su condición de pobreza; intentando disminuir a través de uno de los mecanismos de coerción y control social más brutal e insano, como lo es la cárcel o los centros de supuesta reformación, los efectos del despojo inmoral del futuro que hoy mantiene en estado de ebullición los explosivos elementos que sistemáticamente han generado al mantener sobre-viviendo a más del 70% de los habitantes de este país.
Sin embargo, la reflexión no puede quedar sólo ahí, pues otro dato no menor al respecto considerando el debate sobre la privatización de las cárceles chilenas, son los miles y miles de millones de dólares que por ejemplo en Estados Unidos (que no podemos olvidar ha sido y es el modelo a seguir tanto por la derecha como por la Concertación) han reportado las cárceles privadas, pues las cárceles, en ése país, se han convertido literalmente en millonarios centros de esclavitud, ya que los reclusos (obviamente en su mayoría inmigrantes latinos o negros) están obligados a trabajar, por lo que se les paga desde 1 dólar mensual. En ese sentido, no es difícil pensar que si eso ya ocurre bajo el pretexto de la “reformación para la reinserción social” con la población penal adulta de nuestro país, que por lo demás no cuenta con ningún tipo de salvaguardia laboral legal al respecto, es sólo cuestión de empezar a imaginar los jugosos dividendos que generará ese alarmante número de jóvenes encerrados, a quienes le hicieron olvidar que son seres humanos con el derecho a un futuro digno, y que sin duda se incrementará luego de la entrada en vigencia de esta Ley desde el próximo 08 de junio.
* Artículo publicado en El Despertar de los Trabajadores Nº3, órgano de difusión oficial del Movimiento de Trabajadores por la Base

ENTREVISTA A LUIS MORALES
PRESIDENTE DE LA FENATS DEL HOSPITAL SAN JOSE



“Así le ganamos la calle a carabineros”


MTB: El año pasado ustedes dieron una pelea bastante importante. De hecho, este hospital se caracterizó por ser uno de los más movilizados y con claridad de sus propuestas. En esta orientación: ¿En qué quedó la lucha del año pasado y cuáles son las perspectivas que pretenden abordar este año?

Luis Morales: La movilización de Septiembre del 2006...esencialmente fue en medio de conversaciones que efectuaba el gobierno con organizaciones sindicales como la de Consultorios Municipalizados, la CONFENATS, JUNJI, alrededor de 14 organizaciones sindicales. La propuesta que estaba en discusión, fue firmada por Ricardo Ruiz de la FENATS Unitaria que no es la FENATS histórica. Al firmar, adelantándose a la CONFENATS; se responde con el paro para volver a las mesa de negociación y no quedarse con lo que había firmado Ruiz, que si bien son las mismas propuestas, básicamente se estimaba que era posible alcanzar más que lo que Ruiz había firmado.
Bueno, se promueve el paro, se estuvo alrededor de un mes en paralización y lo que se pedía era ampliar ciertos acuerdos que se habían cerrado, por ejemplo agrandar los porcentajes de los titulares, amplificar la cantidad del personal contratado. Finalmente, se levantó el paro con el compromiso de revisar las solicitudes de la CONFENATS cuestión que hasta la fecha no se ha cumplido y el gobierno se quedó con lo firmado con Ruiz (...) y ahí vamos hasta la fecha (...) no se ve ni luces del tema.

MTB: Desde el punto de vista de los intereses generales de los trabajadores, ¿en qué favorece las reivindicaciones particulares de los trabajadores de la salud?

Luis Morales: Mira por ejemplo que se amplíe el personal en marcos de buenas condiciones laborales tiene un impacto directo en la calidad de la salud, en la calidad de la atención al paciente, pues un gran problema de los hospitales del sector público, es la escasez del recurso humano, entonces al recuperar el número de planta histórica que se tenía y que la dictadura disminuyó considerablemente, lo cual nunca se ha recuperado, se provocaría un mejor desempeño (...) Pero, se ha mantenido irremediablemente aquel problema. Lo que nosotros tratamos de hacer es por último, equiparar la planta de trabajadores que históricamente se ha tenido en la salud pública (...) La escasez del recuso humano es dramática y por ende la salud es mala.

MTB: Con respecto a los reajustes alcanzados por la ANEF, ¿qué piensan ustedes?, ¿pretenden bregar porque aquellos acuerdos se homologuen para todo el sector público? O ¿tienen una opción alternativa?

Luis Morales: Bueno ahí nuevamente tenemos una maniobra del ministerio en que se firma un acuerdo aislado con un solo gremio, siendo que había 14 organizaciones sentadas en la mesa.

MTB: ¿La mesa del sector público?

Luis Morales: Así es, es decir, el gobierno ocupó la misma estrategia (divide y vencerás) y una vez más salió ganador en su operación. Entonces con eso nos discrimina a un gran porcentaje de trabajadores....Se ha privilegiado a aquellos que trabajan en asuntos administrativos y no a los que lo hacemos en servicio, es tremendamente discriminatoria desde este punto de vista, pues estamos todos los trabajadores en las mismas condiciones. No hay racionalidad para dirimir recursos así. Ahora y lamentablemente, con respecto a las conversaciones y negociaciones, está muy claro que la CONFENATS no la ha sabido llevar, ni en Septiembre ni ahora, porque no es casual que el gobierno utilice dos veces la misma estrategia exitosamente. Entonces, evidentemente ha faltado claridad en el proceder de nuestros dirigentes nacionales, pues hasta ahora de nuestras reivindicaciones no hay cumplimiento alguno.

MTB: En la dimensión de la praxis sindical podríamos establecer que hay un viejo sindicalismo y nuevo sindicalismo necesario, ¿Qué aspectos del sindicalismo es prioritario eliminar y cuáles son necesario aprender y asumir?

Luis Morales: Ese sindicalismo de las cúpulas no tiene sustento en la sociedad actual, primero porque la autoridad se encierra en un cuarto con los dirigentes, corta a favor de ella un determinado decreto o ley y se da por terminado todo sin considerar en absoluto a las bases, y los dirigentes nacionales a su vez no marchan al conjunto de las bases. Entonces, estamos en un tradicional sindicalismo reactivo, o sea cuando ya está la embarrada, se movilizan a tratar de apagar el incendio, pero esa manera de proceder es muy insuficiente y trasluce una concepción débil de la cuestión. Ya prácticamente no hay grandes movilizaciones, el mundo laboral no tiene presencia, entonces creo que lo cupular falló, esa forma tradicional de hacer sindicalismo está mal. La gente no se siente representada en sus dirigentes y no tienen a sus organizaciones como referente, eso se agrega al miedo de sindicalizarse. Yo rescato del antiguo sindicalismo la condición de clase, de que no se estaba en la lucha por asuntos personales, sino que por la unidad de tu clase, asunto que incluso va más allá del tema reivindicativo, es decir, porque se cambie la estructura política. Debe reinstalarse una vocación de poder político de los trabajadores, mientras no se genere esa conciencia los trabajadores vamos a tener muy restada nuestra fuerza para solucionar problemas....Entonces, los sindicalistas han perdido el sentido de clase, la autoridad sabe muy bien eso y se los da vuelta muy fácilmente, los compra de una u otra manera. Por lo tanto, con mayor razón no puede haber un sindicalismo cupular, las bases deben controlar a sus dirigentes. Ahora claro, el problema se inserta en una realidad social en donde lo colectivo se perdió y el individualismo campea, por eso hay que abrir el sindicalismo y hacer participar; por eso este hospital tuvo tanta fuerza en la movilización, porque acá todos deben participar para tomar decisiones, en este hospital se utilizaron elementos inéditos para la lucha de la salud, por ejemplo acá todos los días se votaba al final de la jornada si seguíamos o no el paro, después de conversaciones e información, siempre se habla con la verdad, acá varia gente dio entrevistas y no necesitaba ser dirigente para dar declaraciones a la prensa, formándose también como potenciales dirigentes...

MTB: ¿Cómo haces para que aquellos que pelearon y saben que no ganaron sigan participando y continuar la lucha con la misma fuerza?

Luis Morales: Hablar con la gente, compartiendo el análisis, reconocer los errores, identificar las debilidades de los dirigentes nacionales, o sea ser muy crítico. Creo que hay una conclusión en todo caso: si no nos hubiéramos movido, habríamos perdido mucho más, porque si la autoridad te ve pasivo te suena. Entonces, se rescató colectivamente lo positivo de la movilización en ese sentido. Ahora si la negociación no anduvo bien, hay que analizar por qué pues, ya que las bases estuvieron bien, fueron categóricas: La posta central, en Bío bío fue ejemplar, en este hospital se bloquearon las calles, nosotros rompimos toda tradicional “disciplina”, nosotros ganamos nuestro espacio, nunca lograron dejarnos encerrados, jamás claudicamos, así nosotros ganamos la calle a carabineros. Para ir redondeando... Hoy se necesitan dirigentes que asuman su responsabilidad, se formen, estudien, se esfuercen, necesitamos una organización sindical que se perfeccione y se capacite en los aspectos técnicos de sus reivindicaciones. No hay que ser improvisados, hay que poseer metodología. La improvisación mata a la lucha... ...Las peleas sindicales ya no la pueden dar los sindicatos solos, si los sindicatos no se mezclan con las luchas de los demás sectores estamos perdidos. Porque la pelea por la salud no es solo de los trabajadores de la salud, hay que sumar a los pacientes, entre todos enfrentar la pelea, no podemos estar solos. ¿La salud a quién no le afecta? ¿La educación a quien no le afecta? Afecta a todos los trabajadores. Entonces son temas que hay que tomarlos mas allá de donde este el sindicato, hay que ampliarse.

* Entrevista publicada en El Despertar de los Trabajadores Nº3, órgano de difusión oficial del Movimiento de Trabajadores por la Base

SIMCE... O UNO MÁS DE LOS TUMORES DE LA EDUCACIÓN CHILENA

Por Lissette Núñez

Como era de esperar una vez más los resultados del SIMCE confirmaron lo que ya es parte del conciente colectivo de los habitantes nuestro país, pues año a año la noticia se repite sin cambiar siquiera una coma, es decir, que “la brecha entre colegios ricos y pobres sigue aumentando”, evidenciando la verdadera realidad del Chile “en vías de desarrollo”.
La implementación del SIMCE surge con la reforma educacional de los años 60 y se refuerza con la necesidad de implementar una medición debido al proceso de privatización o municipalización de la Educación Pública iniciado en el año 1981 el cual se consagra y consolida con la imposición de la LOCE, constituyéndolo de este modo en uno de los elementos centrales de las políticas educacionales de nuestro país. El objetivo principal del SIMCE, según el Ministerio de Educación, es “generar indicadores para orientar acciones y programas para el mejoramiento de la calidad de la enseñanza”. No obstante, la realidad que conocemos dista de este objetivo, pues para lo único que sirven estos indicadores es para establecer comparaciones y evidenciar año a año que los estudiantes de los diversos sectores, municipal, particular y particular subvencionado obtienen puntajes con diferencias de hasta 40 puntos entre los sectores más favorecidos en relación con los más desposeídos; y la diferencia no es exclusivamente de puntaje, mientras las escuelas subsidiadas cuentan mensualmente, en promedio con 30 mil pesos por estudiante las particulares destinan un gasto 7 veces mayor. Cuando llega el momento de dar a conocer los resultados del SIMCE, en vez de dar una explicación certera de por qué permanecen estas diferencias el gobierno de turno se vanagloria de la pequeña escuelita de una localidad lejana y desconocida que prácticamente sin ningún recurso pudo sacar un puntaje más o menos digno, sin reparar en que esa escuelita es una entre miles y miles con malos resultados, manteniéndose en la postura de que todos los niños de todas las escuelas deben aprender por igual ya que no existen entre ellos, diferencias que se lo impidan.
Existen diversas discrepancias acerca de cómo debe solucionarse el tema de los puntajes del SIMCE, hay quienes creen que lo mejor es preparar incansablemente a los estudiantes con ensayos y pruebas similares llegando incluso a desplazar o cercenar de la malla del colegio algunos subsectores considerados “menos importantes”, como Educación Artística, Música o Tecnología, y otros que creen que lo mejor es entregar los contenidos de los planes y programas que a juicio del Ministerio y la LOCE son los esenciales que todo alumno de cierto nivel debe manejar.
Sea cual sea la solución, aún ninguna autoridad educacional ha dado en el clavo, y el SIMCE sigue tornándose una real preocupación para los profesores a cuyo cargo está un curso que deba rendir la prueba, ya que no solo tiene la presión de la posibilidad ganar el título de un establecimiento de excelencia, sino también de mejorar su sueldo de hambre y el de sus colegas, con el bono asignado que acompaña este título. Y sobre las espaldas del gremio no solo descansa esta sutil tortura, la flexibilidad laboral que en nuestro rubro se expresa en los contratos a plazo fijo en el sector particular subvencionado y privado, y los profesores a contrata en el caso de los municipales; le otorga facultad absoluta a los empleadores de determinar, sin más criterio que el económico, que profesores continúan y cuales no en sus establecimientos, lo que se convierte en una rotativa docente que no sólo impide construir identidad de escuela, unidad entre los profesores para organizarse y sindicalizarse, sino que además el trabajar colectivamente en la gestión pedagógica. A cambio de esto nos atomizan, los consejos de profesores son monólogos de los directivos, no hay tiempo para la reflexión pedagógica ni para resolver problemas cotidianos de la escuela, se sobrecarga a los docentes en general con el proyecto de integración (para el cual nadie, ni siquiera los recién egresados, fueron capacitados) y a los profesores de Educación Básica, en particular, que además deben desempeñarse en subsectores que no son de su especialidad; sumándole a todo esto la Evaluación Docente, cuyos resultados sorprendieron a muchos que no quieren reconocer que el problema de la calidad de la educación no es culpa de los docentes, y argumentan diciendo que el proceso era fácil. Respecto de los colegios subvencionados, en particular, el Consejo Asesor en diciembre pasado presentó propuestas entre las cuales Bachelet escogió, por supuesto, la que más nos perjudica como gremio, que ya es un proyecto de ley que está en el Congreso, consiste en que dentro de 4 años, como plazo máximo, todos los sostenedores deberán unirse en corporaciones o fundaciones “sin fines de lucro” para asegurar que los recursos se gasten bien, lo que significaría por un lado un cambio radical en la educación que pretende acabar con los colegios de provisión mixta (del Estado y privada) o sea la culminación de la privatización considerando que tal vez en un corto plazo tampoco tendremos colegios municipales, y por otro una desventaja más para los trabajadores de este tipo de colegios que se enfrentarán divididos a un empleador que se une y fortalece.
Finalmente, nadie se arriesga a poner el cascabel al gato y sabiendo que la LGE (Ley General de Educación) o LOCE “enchulada” no es ni siquiera el principio de la solución a todas las falencias de la educación, sino más bien una aspirina para calmar a los pingüinos, es que tenemos que asumir nuestra tarea de convertirnos como padres trabajadores en propositores y creadores de la educación que están recibiendo nuestros hijos, participando de todos los espacios posibles como reuniones de apoderados, escuelas para padres, centros de padres y actividades extraescolares; y como profesores refundando el Colegio de Profesores para organizarnos en una Organización verdaderamente Democrática de los Educadores de Chile, que sea funcional a nuestros intereses y necesidades, cuya unidad fundamental en su funcionamiento y toma de decisiones sean los Sindicatos de Trabajadores de la Educación.

A re-apropiarnos del legítimo derecho que todo ser humano tiene de ser creador y beneficiario de uno de los bienes sociales más importante y necesario en la compleja lucha por Una Vida Digna para Tod@s
* Artículo publicado en El Despertar de los Trabajadores Nº3, órgano de difusión oficial del Movimiento de Trabajadores por la Base