27 de marzo de 2007



Flexibilidad Laboral y Subcontratación:

Monarcas Indiscutidos en el Reino del Trabajo Precario y la Inestabilidad Laboral



Por Antonella Salazar M.

Como es sabido, la imposición del neoliberalismo en Chile no sólo requirió del exterminio masivo de todas y todos quienes luchaban por el nacimiento de una sociedad justa y libre de explotación, y del cercenamiento de un proceso de articulación de las fuerzas populares y elevación en los niveles de conciencia que se venía gestando desde segunda la mitad del siglo XIX, sino también de la institucionalización de un régimen antidemocrático y antipopular que les permitiera reordenar económico, política, social y culturalmente el país, a fin de ajustarlo a la fase correspondiente del régimen que los sustenta(ba). Es entonces, desde mediados de los 70’s que la dictadura fascista comienza a aplicar una serie de medidas, las que contenidas en los Programas de Ajuste Estructural estándar mundial que desde tiempo antes ya venían aplicándose en varios países; empezaron a configurar el dantesco escenario que hoy vivimos. Entre las medidas y bajo la tesis de Estado mínimo se encontraban: la privatización de empresas y servicios públicos, flexibilización de las leyes laborales y de las condiciones de trabajo, reducción de las políticas sociales y privatización de la seguridad social, desregulación de las economías y apertura a las inversiones extranjeras, modernización (reconversión) de los aparatos productivos nacionales, entre otras. De este modo, y en medio de una aguda crisis económica, política y social comienza a anidarse silenciosamente uno de los engendros cuyo crecimiento, fortalecimiento y consolidación ha constituido una de las más serias amenazas a la dignidad, derechos y condiciones de vida de la clase trabajadora de nuestro país, me refiero a la flexibilidad laboral y su consecuente inestabilidad y precariedad laboral. Pero, ¿qué es la flexibilidad laboral?, la flexibilidad laboral en términos sencillos es la variabilidad de las condiciones de trabajo, esto es, desregulación y precarización de los salarios, de las jornadas y condiciones de trabajo, y por supuesto de los derechos de los trabajadores. Lo que, bajo el supuesto de “darles libertad a los trabajadores” para que puedan “decidir” el tiempo que destinan a sus familias y el tiempo que destinan al trabajo, contribuiría a que éstos mejoraran sus condiciones de vida, pues al flexibilizar las jornadas de trabajos, éstos podrían mantener más de un trabajo y así incrementar sus ingresos, todo esto sin importarles siquiera que los trabajadores tengan que trabajar más de 12 horas diarias y muchas veces sin descanso en toda la semana, tema que legalmente tienen resuelto a través del régimen de subcontratación y suministro de trabajadores. En otras palabras, la flexibilidad laboral está íntimamente ligada a la subcontratación, pues no sólo favorecen lo recién mencionado, sino también que hoy existan trabajadores de primera y última categoría, pues cada vez son menos los trabajadores que tienen contratos indefinidos y gozan de las garantías que éstos les otorgan, y cada vez es más alto el número de trabajadores subcontratados dependientes de varias empresas contratistas o subcontratistas. En efecto, si en 1984 los trabajadores de empresas contratistas, es decir, trabajadores subcontratados, representaban un 4% en el sector minero, en el 2004 éstos representaban un 61%. Mientras que en la actualidad entre trabajadores subcontratados y de suministro suman 1.2 millones de personas, esto es, un 35% de la fuerza laboral total del país. De hecho, la última encuesta laboral de la Dirección del Trabajo realizada en el 2004, señala que un 50, 5% de las empresas chilenas externaliza parte de su producción subcontratando en un 20, 7% la realización de su principal actividad económica; encontrándose entre las actividades que más concentran esta forma de trabajo los servicios legales, operadores telefónicos, marketing, informática, seguridad, aseo y alimentación.
Dicho sistema laboral, genera una división maquiavélica e innatural de los trabajadores que apunta al exterminio de la ya baja sindicalización, ya sea por los costos económicos que para los empresarios ésta conlleva o bien por los futuros costos políticos y económicos –que a la clase dominante– una eventual rearticulación del movimiento sindical podría traerles. Por otro lado esto además encubre una sistemática disminución de los salarios, ya que en la mayoría de los casos el pago extraordinario que corresponde por trabajar festivos, domingos o días de descanso se considera como horas ordinarias, por la evasión del pago de cotizaciones y compromisos legales de los trabajadores o simplemente porque el tener un intermediario (empresa contratista o subcontratista) en el pacto del salario evidentemente merma el salario que el trabajador obtendría de negociar directamente con la empresa que requiere de sus servicios; sin embargo, como las empresas al subcontratar se ahorran una serie de compromisos laborales legales, claramente nada podría ajustarse más a sus intereses que lo recién descrito.

Es así y en los marcos de la ya conocida obediencia cómplice -casi de corte fanático religioso- de la Concertación con el modelo heredado de dictadura, que el pasado 14 de Enero entró en vigencia la Ley de Subcontratación, la que bajo el slogan de “más igualdad y fin a los trabajadores de primera y segunda clase, más responsabilidad empresarial y más seguridad” una vez más pretende subestimar el intelecto de los trabajadores. Pese a que la “alegría” ni mucho menos la “igualdad para todos” llegó, lo que sí les llegó (a ellos) fueron las becas gubernamentales suficientes (sino basta con ojear el informe de sus envidiosos partners de la Alianza al respecto) para recibir el entrenamiento necesario que les permitiera darse cuenta de algo que la sabiduría popular descubrió hace rato, esto es, que tanto puede dar el cántaro al agua que este puede romperse; pues es en esa orientación y no en otra, que la necesidad de maquillar legalmente un sistema laboral que bien saben sólo beneficia a los empresarios nacionales y transnacionales, no sólo se les hizo imperioso para seguir manteniendo un mínimo reflejo de humanidad ante la opinión pública y así conseguir los votos suficientes en las próximas elecciones, sino también para seguir conteniendo el descontento social y la resiliencia que durante tanto tiempo han generado en los pobres y trabajadores de nuestro país.

De este modo, y pese a que el subcontrato ya estaba reconocido en el Código del Trabajo, lo que instituye esta ley es la diferenciación legal entre los trabajadores contratados bajo el régimen de subcontratación y los de suministro de personal, la responsabilidad “solidaria” que debe asumir la empresa principal, es decir la empresa que externaliza una actividad contratando a otra, (empresa contratista ) en materias de obligaciones laborales, previsionales y de seguridad, el periodo de tiempo en que una empresa principal puede tener un trabajador de suministro , entre otras. En otras palabras, si hasta antes de la entrada en vigencia de esta ley los trabajadores subcontratados no tenían cómo asegurarse que los contratistas pagaran sus obligaciones laborales legales, se supone que ahora con la responsabilidad “solidaria” que debe ser asumida entre el contratista y la empresa principal ante un incumplimiento legal del contratista o del subcontratista, los trabajadores podrán demandar no sólo a la empresa contratista o subcontratista, sino también a las empresas principales; las que con esta ley, obviamente cuentan con una serie de salvaguardias legales tales como: el derecho a información y retención, a fin de que las responsabilidades incumplidas no recaigan directamente en su patrimonio. No obstante lo señalado anteriormente, nada se establece respecto de la responsabilidad solidaria en materia de remuneraciones, ya que al parecer si la empresa principal o aquella empresa contratista, tuvieran que responder ante incumplimientos de algunas éstas, es decir la empresa principal por la empresa contratista y la empresa contratista por la subcontratista, dicha responsabilidad no sería por el salario pactado entre el contratista o subcontratista y el trabajador, sino por el mínimo legal de las remuneraciones. Pero, ¿qué trabajador(a) tiene el tiempo y el dinero suficiente para emprender acciones legales en contra de quienes resulten responsables ante el incumplimiento de las obligaciones laborales y previsionales? Claramente, están concientes de la realidad de los trabajadores, pues saben que nuestros sueldos miserables y la responsabilidad que significa el tener una familia que mantener nos impedirá mendigar legalmente por lo que nos fue robado.
Por otro lado, en relación a los trabajadores de suministro quienes desde ahora no podrán ser contratados por un periodo que exceda los 180 días ni por uno nuevo; de nada les sirve, bajo el planteamiento recién señalado, que ante alguno de los incumplimientos señalados anteriormente, se recurra a la boleta de garantía de 250 UF que la EST (Empresa de Servicios Transitorios) tuvo que dejar para constituirse como tal en la Dirección del Trabajo si al cabo de la expiración del tiempo del contrato, tendrán que deambular meses y meses para encontrar un nuevo trabajo. Como tampoco les sirve una legislación que los excluye de todos los derechos laborales que los pocos trabajadores con contrato indefinido tienen y al mismo tiempo de las mínimas posibilidades de sindicalización, que hoy es la única vía que otorga “posibilidades” reales de negociación colectiva. Por otro lado, tanto peor es la situación de las trabajadoras agrícolas (temporeras) quienes quedaron completamente al margen de lo “regulado” en esta ley y en consecuencia seguirán rigiéndose por la legislación antigua. Es así como el sueño del “socialista” senador Ominami ya es una realidad, ya que con todos los trabajadores a plazo fijo y subcontratados que existen actualmente los empresarios difícilmente tendrán a quienes pagarles indemnizaciones por años de servicios.
Ciertamente, la Concertación y sus socios de la Alianza tienen razón al plantear que esta ley ha generado avances, pues lograron legalizar de facto lo que de hecho hace años ya habían institucionalizado, esto es, cesantía, precariedad e inestabilidad laboral y un régimen laboral que emula los peores años de esclavitud.


“Porque sólo los Trabajadores podemos defender nuestros derechos”

“A unir nuestras luchas por Una Vida Digna para Tod@s"




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[1] La empresa contratista o subcontratista es aquella que subcontrata trabajadores para ejecutar una determinada obra para otra empresa, la que es denominada empresa principal. Dichos trabajadores se encuentran –según la actual ley– bajo el régimen de subcontratación, por tanto pasan a ser trabajadores en régimen de subcontratación (TRS).
[1] Los trabajadores de suministro son aquellos contratados -desde ahora- por periodos definidos de tiempo, por lo que la actual ley denomina Empresas de Servicios Transitorios (ETS).

26 de marzo de 2007


Por Trabajo, Justicia y Dignidad
Mujeres en la Lucha
Por Lissette Nuñez.

“Es tiempo de celebrar, es tiempo de soñar, es tiempo de construir, es tiempo de sembrar, es tiempo de participar, ¡Nosotras tenemos la palabra!” Este es el lema con el que ANAMURI (Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas) emprenderá su Primer Congreso Nacional, entre los días 21 al 23 de marzo en la Estación Mapocho. Dicho evento se viene gestando desde abril del año 2006 con discusiones en todas las localidades desde la primera a la décima región, cuyo objetivo central es reflexionar sobre el cómo Anamuri enfrentará los nuevos y los antiguos desafíos que afectan a las mujeres rurales e indígenas trabajadoras.
Florencia Aróstica Cordero, Presidenta de ANAMURI nos habla acerca del origen de la asociación y la permanente lucha por la defensa de sus derechos y el cómo a través de ésta lograr posicionarse en nuestra sociedad como protagonistas de una sociedad más justa y equitativa para las mujeres y los pobres de los pueblos de Chile.

MTB: ¿Cómo nace ANAMURI y por qué?

ANAMURI: ANAMURI nace como una necesidad de tener un ente representativo, las mujeres que componemos ANAMURI somos mujeres que hemos venido haciendo un trabajo político dentro de las organizaciones mixtas, pero en las organizaciones mixtas la mujer no es visibilizada, en las confederaciones son los hombres los presidentes, los que tienen la palabra, van a las discusiones, a las representaciones y la mujer queda en un segundo plano, son secretarias, llevadoras de cartas, u organizadoras de eventos pero que no se visibilizan, nosotras creemos que la mujer cumple un rol muy importante en la sociedad y eso tiene que verse, y ANAMURI se crea por la necesidad de visibilizarse como el aporte que somos y no como el número, sino como el aporte político que somos a la construcción de un mundo más equitativo; objetivos que no íbamos a lograr en una organización mixta. ANAMURI nace en un contexto político supuestamente democrático, entre comillas, en el año 1998 después de un proceso de los gobiernos de la Concertación donde se pensaba que después del cambio de gobierno y la entrada de la democracia iba a ser mucho más fácil para las organizaciones y no fue así.

MTB: Hoy en día ANAMURI reúne a más de 6000 trabajadoras agrícolas a nivel nacional, cuyo rol es estratégico, pues el aporte productivo de la industria agroexportadora constituye en la actualidad un 43% del PGB anual, importancia que no se condice con las precarias condiciones laborales que padecen día a día las trabajadoras agrarias, situación que se irá agudizando, pues la Ley de Subcontratación que entró en vigencia el 14 de enero no es más que la profundización de la precariedad laboral para un gran número de trabajadores, que además ni siquiera contempla a las trabajadoras del sector agrícola.
En relación a lo anterior, ¿cómo enfrentan dichas problemáticas como organización?

ANAMURI: Las mujeres por el sistema salarial que hay siempre han sido discriminadas en los ámbitos laborales, con este sistema de subcontratación hoy día es más el abuso con las mujeres, entonces nosotros como ANAMURI tenemos una campaña de las asalariadas de la agroexportación, abocada a la gran agricultura, que son los que no cumplen con las pocas leyes laborales que tenemos, por lo mismo nosotras hemos implementado esta campaña para la defensa de los derechos de las trabajadoras, y se han hecho dos grandes asambleas, la primera en el Diego portales donde 1.600 mujeres le dijeron en ese entonces al presidente Lagos: No a los contratistas por una jubilación digna, porque ellas tendrían que trabajar 120 años para poder tener una jubilación más o menos digna, por todo lo que significa el trabajo de temporada que son de dos a cuatro meses al año por lo que no van a tener nunca el monto exigido por la ley para poder jubilar. La segunda (asamblea) se hizo en Valparaíso donde le entregamos nuestras propuestas a los parlamentarios. También se están haciendo propuestas, porque nosotras somos mujeres que criticamos este modelo neoliberal, que ha sido nefasto para los sectores más desposeídos, pero también somos propositivas y la propuesta de las mujeres es la jubilación con un aporte tripartito, una parte el empresario, una parte el estado y una parte el trabajador. Hoy día quienes están ganando la plata a manos llenas son los empresarios y no desembolsan absolutamente nada.
Tenemos otra campaña de capacitación y formación donde ponemos énfasis en capacitar a las mujeres para que sean ellas mismas las defensoras de sus derechos y no tengan que depender de otras instancias, instruir a las mujeres para que estén preparadas en argumento para defender sus derechos (...)
En las mismas evaluaciones respecto de la producción de la temporada los empresarios en los diarios reconocen que una caja de fruta es vendida en 10 dólares, lo que quiere decir $6.000 pesos aproximadamente, cuando a las asalariadas les están pagando 150 o 250 pesos por la caja, eso nosotros se los hacemos saber, y además de pagar una miseria de sueldo les roban porque les descuentan las cotizaciones pero no las pagan a la AFP’s (...) También nosotras les recomendamos a las mujeres que se contraten con empresas y no con contratistas, pero que hacen ellos amenazan con traer mano de obra desde Perú y Bolivia, lo que significa sueldos más bajos que los chilenos y más precariedad todavía.

MTB: Teniendo en cuenta las infrahumanas condiciones laborales a las que están expuestas durante el desempeño de su trabajo, en el cual el uso de pesticidas pone en riesgo la vida y salud no sólo de las trabajadoras y sus descendientes, sino también de la población aledaña, ¿Han tomado algún tipo de acción legal al respecto o recurrido a organismos de DDHH nacionales e internacionales?

ANAMURI: Tenemos hartos casos como las 5 mujeres quemadas con agrotóxicos en la Séptima Región en el año 2005, estamos en juicio con esas mujeres, tenemos también muchas denuncias de niños con malformaciones congénitas que hay en Chile y que nadie ni la salud pública ni el gobierno asume esa responsabilidad; como pertenecemos a organizaciones a nivel nacional e internacional como Vía Campesina todas estas denuncias se llevan a organismos internacionales donde los gobiernos firman convenios y como Derechos Humanos se llevan a otras instancias internacionales como la Corte Interamericana. Además, estamos haciendo las discusiones en las mesas de salud exponiendo algunas grabaciones como “Piecitos de niño”, que son de niños con malformaciones, el documental de Evelyn que murió a los doce años siendo parte de los casos más emblemáticos del daño que producen estos agrotóxicos. La respuesta a estas denuncias es que hay más control a las trabajadoras, a las empresas, seguimientos, multas, si fuéramos justas tendríamos que decir que se ha incrementado la fiscalización pero aún no es suficiente porque todavía queda ese sistema, de cómo no se asume desde los organismos públicos la fiscalización, sino más bien como la relación que tienen con los empresarios se devela cuando ellos los llaman para anunciarles que van a fiscalizar; entonces qué hacen los empresarios; los que tienen más de 25 trabajadoras y que tendrían que tener una guardería mandan a la mitad de las trabajadoras a esconderse al fondo del predio y una vez que se van los fiscalizadores salen porque sino la amenaza de despido es inminente. Por otro lado, y todo lo que significan las exigencias que hay de acuerdo a la cantidad de trabajadores; por ejemplo a cuantos metros está el baño, porque todavía se ve precariedad de acuerdo a los 75 metros de distancia del baño del lugar de trabajo, el consumo de agua que deben ser 2 litros y medio, las mujeres aún están llevando el agua de sus casas, comiendo en el suelo porque no tienen un comedor, entonces como están avisados de antemano sacan a la mitad de los trabajadores para que no caigan en las exigencias y ahí está la razón de por qué no se cumplen estas leyes.

MTB: Considerando que la implantación de transgénicos en la producción de los alimentos que consume la población nada tiene que ver con el mejoramiento de la calidad de los mismos, sino más bien con el aceleramiento de la producción y la disminución de los costos, sin olvidar los desconocidos efectos que pueden tener en nuestra salud a largo plazo. El gobierno a través del Ministerio de Agricultura plantea que la mejor forma de potenciar la producción agrícola es mediante el uso de transgénicos, ¿Cuál es su postura al respecto y su intervención en esta realidad?

ANAMURI: Nosotras estamos diciendo no a los transgénicos porque eso significa menoscabar los mismos suelos, porque en esos suelos donde ha habido transgénicos no se da nada más. Decimos no porque no es natural, nosotras estamos por recuperar todo lo que significa la producción natural, antiguamente la gente vivía muchos más años gracias a la alimentación sana, hoy en día sufrimos la muerte a temprana edad, niños con cáncer, cuando antiguamente el cáncer era una enfermedad de viejos, esto es producto de los químicos que se le están poniendo a los alimentos. Hoy en día en Chile hay una obesidad muy grande que tiene que ver con la aplicación de hormonas en los productos para apurarlos; imagínate que un pollo, nosotras que somos campesinas sabemos que un pollo no se puede comer antes de los tres o cuatro meses, y las grandes empresas hacen crecer un pollo para faenarlo en 45 días, entonces no es que a nosotros nos parezca que es malo porque sí, sino que efectivamente es malo y dañino para la salud.
Estamos también en contra del monocultivo, así como del biocombustible porque ya no estamos pensando, por ejemplo, en el maíz como alimentación sino en cómo producimos maíz transgénico para el biocombustible, eso significa explotar más las tierras. Respecto del monocultivo estamos en contra de lo que dice la Presidenta: que tenemos que lograr en 10 años más, ser como país una gran potencia alimentaria sin importar qué se produce o cómo se produce, al contrario nosotros decimos que tenemos que velar por la soberanía alimentaria, o sea alimentarnos primero como país para ser soberanos.

MTB: Hace 7 años Vía Campesina lanzó el concepto de “Soberanía Alimentaria” al cual ustedes declararon haber adherido en el año 2003, dicho concepto se opone a la modificación genética de los alimentos y aboga por la importancia de la tierra como vida a través de la semilla, ¿Cómo se reinterpreta este concepto desde la cosmovisión de nuestros pueblos originarios presente en su imaginario colectivo femenino?

ANAMURI: Los cuatro elementos de la vida son la Tierra, el Agua, la Luz y la Semilla, pero nosotras le ponemos un quinto elemento que es el Amor para preservar la vida, la tierra sin agua ni luz no es fértil y el amor es el que preserva este elemento y los cuida (...) Nosotras nos declaramos guardianas de la semilla en el Congreso de México en el 2000, y como guardianas de la semilla la cuidamos y la protegemos. La soberanía alimentaria está más bien en el rol que la mujer ha cumplido siempre, un rol que es poco visibilizado; desde el comienzo del universo, la mujer fue la que descubrió la agricultura, el hombre saliendo a cazar y la mujer a cargo de la alimentación en la casa, así fue viendo que esta semillita era buena y la guardaba, que esta semillita si se plantaba producía alimentos y así tenía más, desde esa cosmovisión, del cómo la mujer ha sido siempre la protagonista de buscar los alimentos o de producir los alimentos nosotras somos las primeras agricultoras en el universo y de ahí nace la soberanía alimentaria, de cómo los pueblos deben ser soberanos en buscar y producir sus alimentos, sin la necesidad de ser influenciados para conseguir nuestros alimentos (...).
Nosotras le hemos planteado al Ministro de Agricultura que somos anti-modelo neoliberal, que las políticas agrarias hoy día no van en favor de la pequeña agricultura, sino más bien a incrementar la ganancia de los grandes empresarios y cómo la soberanía alimentaria debería estar presente en todos los países de América Latina y el mundo; y él reconoció estar de acuerdo con nosotras en un 90%, y ése 10% (de desacuerdo) dice que tiene que ver con que éste modelo es muy difícil cambiarlo, porque no es un modelo nacional sino de EEUU que son los que están poniendo la plata hoy día (...) Pero si nos levantamos como un gran movimiento campesino y hay más voces y éstas se multiplican vamos a lograr hacer cambios en esta sociedad (...)

MTB: Siendo ésta una organización de mujeres y comprendiendo que nosotras como género somos súper-explotadas por este sistema patriarcal, capitalista y neoliberal, que no cambiará en la medida en que el pueblo en su conjunto y principalmente nosotras las mujeres no desarrollemos una vocación de poder que nos permita re-apropiarnos de nuestro rol histórico como sujetos sociales activos en la construcción de nuestra sociedad,
¿En qué medida creen ustedes poder alcanzar sus reivindicaciones durante el primer gobierno chileno presidido por una mujer?

ANAMURI: No tenemos esperanza de que vamos a lograr grandes cambios con la Michelle, porque nosotras sabemos que ella está instalada en este modelo y sabemos que es difícil cambiar este modelo, pero no imposible, entonces donde tenemos la esperanza no es en una presidenta mujer, sino más bien en levantar un gran movimiento de mujeres y decimos con mucha propiedad porque nosotras también aparte de ser una organización nacional somos una organización que está vinculada a organizaciones internacionales que tienen que ver con la misma lucha, como por ejemplo la CLOC (Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo) y Vía Campesina; entonces nosotras estamos insertas en un gran movimiento, mixto por supuesto pero lo que nosotras queremos es convencer a las otras organizaciones que están instaladas y cómodamente sentadas con este modelo, que este mundo tiene que ser más equitativo, más equitativo con las mujeres y más equitativo con los pobres, porque nosotras también somos una organización de clase que nos identificamos con la clase más pobre, por lo tanto no nos vamos a acomodar nunca con este modelo porque sabemos que ha sido nefasto para las aspiraciones y el desarrollo de las mujeres, pues lo que este modelo necesita es instalar el individualismo...

MTB: En marzo de este año entre los días 21 al 23 ustedes llevarán a cabo su Primer Congreso Nacional, Congreso que se ha venido gestando desde abril del año pasado, ¿Podrían profundizar en el cómo se ha ido organizando, tanto en sus discusiones como en sus objetivos?

ANAMURI: Este congreso se hizo a nivel de localidades, congresos locales, comunales regionales y ahora el nacional, y nos hemos llevado muchas satisfacciones en estos congresos porque las mujeres no están pidiendo un baño o agua potable, están pidiendo cambios en las políticas públicas, lo que quiere decir que hay una sociedad consciente, están hablando de cuales son las políticas de vivienda o salud que les convienen; ANAMURI ha crecido cuantitativamente pero también cualitativamente.
El Primer Congreso de Mujeres en Chile, donde queremos reunir a 2.000 mujeres, es una muestra y un desafío para dar a conocer que no somos las que estamos en Santiago sino que a nivel de todo Chile, es como venir a la ciudad, la sociedad campesina, a hacer una conversación con las mujeres urbanas, por eso venimos al Mapocho que es donde venían campesinos y campesinas a vender sus productos en el mercado, vamos a hacer una significación de lo que era el mercado antiguo donde vienen las mujeres con sus saberes y sabores, y revivir esa relación que había antes desde los campesinos a los consumidores.
Vamos a tener una discusión interna desde las 8ºº a las 9ºº horas y desde las 16ºº hasta las 20 horas para todo público, con temas de soberanía alimentaria, biodiversidad, neoliberalismo, tratados de libre comercio, discriminación de género y fortalecimiento de nuestros derechos sexuales y reproductivos; además de una muestra gastronómica, danza y medicina natural.
La invitación está abierta como una oportunidad no sólo de fortalecer a ANAMURI, sino también las luchas del pueblo de Chile.

* Entrevista publicada en nuestro segundo número de El Despertar de los Trabajadores, órgano de difusión oficial del Movimiento de Trabajadores por la Base -MTB-

10 de marzo de 2007


Transantiago:

“Otra Concertación de la Alianza por sus propios intereses"


Para nadie, al menos de Santiago, les parecerán ajenas las siguientes palabras: “Paciencia, levantarse más temprano, boicot y comprensión”, pues éstas han sido las más frecuentes y desvergonzadas frases enunciadas desde el gobierno durante las últimas semanas, ya que el debut de uno de los proyectos más jugosos de la “era Lago$” resultó ser un certero golpe a la dignidad y calidad de vida de los miles y miles de trabajadores que a diario deben cruzar literalmente de extremo a extremo la cuidad para llegar a sus lugares de trabajo.

Claramente, para la Concertación y la Derecha no basta con que los trabajadores tengamos que enfrentar diariamente condiciones laborales sólo extrapolables a los peores años de esclavitud, es decir, jornadas extenuantes, tratos indignos (poco falta para que tengamos que agradecer que nos paguen el sueldo), sueldos miserables a cambio de un trabajo propio cuyo fruto es ajeno y junto con esto la incapacidad de cubrir adecuadamente necesidades básicas que poco a poco empiezan a transformarse en lujos para la clase trabajadora chilena, nos referimos con esto a salud, alimentación vivienda, educación, entre tantas otras. Tampoco les basta que nuestras familias estén desintegradas porque simplemente no tenemos tiempo para estar con ellas, pues trabajar es necesario para sobre-vivir. Ahora ellos, “los defensores de los pobres y la modernidad” nos imponen un nuevo alivio: la involución del Sistema de Transporte, representada en su flamante Transantiago. Razón tenía Sergio Espejo actual Ministro de Transporte cuando afirmaba que el Transantiago nos cambiaría la vida, pues éste se adjudicó con creces dicho mérito, hoy no sólo andamos como verdadero ganado en las micros metro, esto es, entre 6 a 7 personas por metro cuadrado, sino que además nos demoramos hasta tres veces más en llegar a nuestros lugares de trabajo y hogares; todo esto sin perjuicio del cómo se ha puesto impunemente en riesgo la integridad física especialmente de ancianos, niños, embarazadas y discapacitados, pues en el Transantiago simplemente no hay espacio para ell@s. De este modo, queda al desnudo uno de los mitos más bullados en las falaces bocas del gobierno, esto es, la supuesta seguridad que el nuevo sistema de transporte traería a la población. Por lo mismo, es que no podemos obviar cómo éste ha favorecido a la delincuencia, ya que ahora tenemos que caminar cuadras y cuadras por lugares aislados que no cuentan con ningún tipo de seguridad ni iluminación, en este sentido es alarmante ver cómo las agresiones y violaciones sexuales en contra de mujeres se han incrementado, sin olvidarnos cómo las condiciones de hacinamiento en los distintos tipos de movilización han posibilitado los conocidos “cartereos”. Claramente, lo único seguro en el Transantiago es el cobro de la tarifa y las jugosas ganancias que ya comienzan a amasar los empresarios de micros y metro. De los miles de trabajadores que pedían que los llevaran por $200, porque su miserable sueldo no les alcanza ni hablar, pues tampoco hay espacio para ell@s y claro que tampoco podemos obviar que desde Agosto en adelante este será un problema de tod@s, pues aún permanece en la incógnita cuál será el costo monetario total de su desvergonzado proyecto aunque ya algunos aventuran en $500. Respecto del tema de la delincuencia, es necesario ser categóricos en recordarle al gobierno y sus asociados (Alianza por Chile) lo que ellos muy bien saben, es decir, que éste problema, como todos los que padece nuestra sociedad, no se solucionará construyendo más cárceles y centros de “deformación”, para todos esos menores y adultos, pues ellos no son más que el producto del sistema económico, político y social que tenemos, un sistema capitalista y neoliberal salvaje que no sólo se ha encargado de reproducir, agudizar, naturalizar y eternizar su condición de excluidos, sino que además requiere para su subsistencia y la de quienes lo sustentan el relegar progresivamente a toda la humanidad a la misma condición.

Pese a que en un comienzo pensamos que el Transantiago no pasaba de ser un mal chiste (propio de los de Mr. Richard Lakes), no podemos olvidar uno de los tantos descarados subterfugios que varios voceros de gobierno han utilizado para defender lo indefendible, como por ejemplo: “que el caminar largas y largas cuadras disminuiría la posibilidad de enfrentarse a enfermedades cardiovasculares y el sedentarismo”, o más gracioso aún: “que la contaminación ambiental, acústica y junto con ello la congestión disminuirían”, inevitable es la pregunta: ¿hasta qué punto nos han subestimado, o es que están tan seguros de lo que han hecho con nuestro sistema educacional, que creen que sólo arroja seres incapaces de pensar y darse cuenta de lo que tanto tiempo llevan haciendo?. Sin duda debe ser por su “tan desarrollada vocación de servicio público” que Chile Deportes, organismo que debiera diseñar políticas públicas que le quiten el carácter elitista y profesional al deporte en Chile y de este modo convertirlo en una necesidad básica en el desarrollo de una vida digna, continúa en las sombras de su verdadera vocación o peor aún que no existan mecanismos serios de control y fiscalización de quienes verdaderamente generan los más altos índices de contaminación en Santiago y Chile en general, esto es, las industrias.


Más fétido de lo que parece…

Hasta acá queda lo de conocimiento público de su verdadera vocación pero, ¿qué o quiénes están detrás del Transantiago? Interesante ha resultado cómo el gobierno a través de las multas cursadas a algunos miembros del nuevo monopolio en transporte (10 consorcios en total) Manuel Navarrete y asociados y Juan Pinto, dueños de Buses Metropolitanos, Buses Gran Santiago y Comercial Nuevo Milenio respectivamente, ha tratado de desentenderse de la responsabilidad que le compete como gestor, diseñador, y ejecutor del fraude Transantiago; presentando el problema ante la opinión pública como si fuera responsabilidad de los privados involucrados quienes “actuando de mala fe o negligentemente” no han respetado los acuerdos. Lo cierto es que indagando un poco nos encontramos con que además de todas las aberraciones ya señaladas, éste su “negocito estrella” ha quedado en familia. Es así como dentro de los principales conglomerados del nuevo monopolio Transantiago (cuyo 50% corresponde a capital extranjero), encontramos no sólo que algunos se encuentran lideradas o tuvieron la participación de quienes fueran personeros del gobierno de Lagos, sino que además hay quienes otrora estuvieron involucrados en bullados casos de corrupción y fraude al fisco. Entre los nombres de la Gran Familia destacan, Bernardo Espinoza Bancarali (involucrado en el Caso Corfo Inverlink), Ricardo Solari (ex Ministro del Trabajo de Lagos), José Yuraszek (procesado el caso Chispas-Endesa), Javier Etchberry (ex Presidente de Banco Estado y Ministro de Obras Públicas y Transportes durante el gobierno de Lagos), Blas Tomic (Miembro del directorio del Metro y ex Presidente de Alsacia) entre otros.
Pero esto no es todo. Considerando que el transporte “público” en Santiago genera unos US$700 millones al año, se crea entonces el AFT (Administrador Financiero del Transantiago) con el propósito de administrar dichos ingresos. El AFT, que ganó la concesión por 12 años suscribiendo a un contrato que les reportará ganancias de US$450 millones anualmente, está conformado por el Banco Estado, Banco de Chile, de Crédito e Inversiones, Santander-Santiago, CMR Falabella y Sonda quien es la encargada de entregar el soporte tecnológico. Pese al silencio del monopolio comunicacional existente en Chile, pero como bien dice la sabiduría popular sobre que “no hay mal que dure 100 años” probablemente no falta mucho tiempo para que sepamos cómo el AFT ganó aquella jugosa licitación. De hecho, en abril de 2005 el Banco Estado se adjudica la licitación a la cabeza del consorcio AFT, pero meses más tarde estallaría la polémica tras la querella por US$ 390 millones que Roberto Sone uno de los dueños y representante en Chile de TIMM (Transporte Inteligente Multimodal) hace en contra de Sonda S.A y NEC Chile por utilización de “información confidencial” tanto de sus equipos, sistemas GPS, pantallas publicitarias, sensores y software, etc; en otras palabras, “robo de tecnología”; adjudicándose de este modo la licitación de forma ilícita. Aun cuando TIMM fue invitado a participar, desde el 2004, en el estudio preliminar de la propuesta para la licitación del AFT por Sonda y Nec, situación en la cual éstos habrían obtenido la información denunciada por TIMM, estos: Sonda y Nec no sólo no habrían respetado 2 acuerdos de “confidencialidad y no divulgación” suscritos con TIMM apropiándose de la información indebidamente, sino que además la utilizaron sin autorización ni pago por ella, según denuncian los abogados de TIMM Sergio Lewin y Sergio Oyarce.
Sin duda dicha situación es de conocimiento del gobierno, pues ésta se encuentra desde hace tiempo en tribunales, no obstante, claro está que por la directa e indirecta participación de varios de personeros de la Concertación, caso muy comparable al turbio MOP-GATE, en el que nuevamente aparece en tela de juicio el nombre de su “honorable” y veterano estandarte Ricardo Lagos, y por toda la polémica desatada por la disfuncionalidad del Transantiago, este nuevo caso de corrupción tardará un poco en salir a la luz ¿pública?.
Pareciera ser que poco a poco la corrupción y el robo descarado, de la casta política de nuestro país, comienzan a naturalizarse en el imaginario colectivo chileno. No obstante, no debemos olvidar que los únicos perjudicados somos nosotros: los trabajadores, pues cada centavo que estos “gatos de campo” y sus amigos rapiñas extranjeros se apropien, nos pertenece a cada uno de los habitantes de este cada vez más ajeno país. Es por esto, que una vez más reiteramos el llamado a organizarnos por la base bajo la premisa de que nuestro poder como decía Luis Emilio Recabarren reside precisamente en nuestra organización. No obstante, ante la nueva debacle generada por la Concertación y sus asociados Alianza por Chile y capital transnacional proponemos:

1. Re-estatización del Transporte Público en Chile lo que incluye a las vías concesionadas, bajo una concepción social que se ajuste a los ingresos de la población.

2. Congelamiento indefinido de la tarifa actual $380 y pasaje diferenciado para tod@s aquellos trabajadores que no pueden costear su movilización.

3. Que el Sernac curse acciones legales no sólo en contra de los privados responsables de entregar el asqueroso y deficiente servicio que hoy estamos recibiendo, sino también en contra el estado por ser el primer responsable de tal situación. O no es ¿que acaso, según su propio sistema, el cliente siempre tiene la razón?


“A unirnos y organizarnos AHORA, pues como decía Clotario Blest:

“La clase trabajadora es la única que puede castigar implacablemente a quienes la han traicionado”

* Artículo publicado en nuestro segundo número de, "El Despertar de los Trabajadores", órgano de difusión oficial del Movimiento de Trabajadores por la Base -MTB-

8 de marzo de 2007

Ni Patriarcado, Ni Matriarcado,

Vida Digna Para Tod@s

Por Isis Valencia.

En esta nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer, fecha que se instaura en nuestra historia como producto de la lucha sistemática de miles y milede mujeres en el mundo que aunque anónima y silenciada por siglos, se visibiliza inevitablemente gracias a la lucha organizada y decidida que el movimiento de mujeres – fundamentalmente occidental – emprende desde el siglo XIX en adelante. En efecto, es en 1848 en Seneca Falls, New York que se lleva a cabo la Primera Convención de los Derechos de las Mujeres, oportunidad en la que se congregaron fundamentalmente mujeres pertenecientes a grupos anti-esclavitud. Dicho evento guarda particular relevancia, pues éste no sólo marca el comienzo de un movimiento organizado de mujeres, sino también es aquí que se esbozan las primeras banderas de lucha femenina en contra de la exclusión civil, legal y social a la que durante siglos habían sido condenadas, construyendo de este modo un pliego reivindicativo que exigía desde el derecho de las mujeres a la educación, a hablar en público y organizarse, libertad para disponer de sus propiedades, hasta el derecho a sufragio. Es así como empieza la lucha organizada de un segmento de la población femenina sin ninguna, o en muy pocas excepciones, implicancia en los procesos productivos, es decir, las mujeres pertenecientes a la clase dominante. Sin embargo, hitos como la toma de la Comuna de París, la Revolución Rusa y un capitalismo industrial ascendente que requería (y requiere) esclavizar productivamente a toda la humanidad a su vorágine destructiva agudizaba irremediablemente los conflictos existentes entre las dos irreconciliables clases formadas desde la creación de la propiedad privada, el estado y la familia, esto es, explotadores y explotados; visibilizando y separando la lucha de las mujeres trabajadoras, de la lucha de las mujeres burguesas. De hecho, mientras las obreras comenzaban a organizarse y unirse en la lucha sindical obrera tanto por sus derechos políticos como mujer como por sus derechos como trabajadoras y madres, las mujeres burguesas continuaban luchando en palabras de Alejandra Kollontai por “conseguir las mismas ventajas, el mismo poder, los mismos derechos en la sociedad capitalista que poseen ahora sus maridos, padres y hermanos”, (…) “A la mujer obrera le es indiferente si su patrón es hombre o mujer”. En este sentido, y a un año de gobierno de quien se erige como la primera presidenta de nuestra historia republicana, es necesario no sólo hacer algunas precisiones en torno a las expectativas que miles y miles mujeres quienes, ya sea por ingenuidad o fanatismo sexista depositaron su voto y confianza en Michelle Bachelet (la mujer-madre) y las verdaderas posibilidades que tenemos durante su gobierno de acabar con la súper-explotación y precariedad laboral que hoy, más que antes, nos mantiene al filo de la sobre-vivencia.
Si consideramos que el patriarcado, se define tanto por quienes (hombres) ejercen el poder en las relaciones sociales, como por las características que se ejercen en dichas relaciones (siempre jerárquicas y autoritarias); aspirar a la construcción de un matriarcado como la solución a nuestra opresión y subordinación debido a que cada vez son más las mujeres que están en posiciones de poder, no sólo sería cambiarle el género al sistema de relaciones sociales, sino también un grave error, pues el matriarcado como el gobierno de la madre, es decir de las mujeres, seguiría manteniendo las mismas características en las relaciones sociales, esto es, jerarquía y opresión, ya que ambos sistemas de relaciones sociales, históricas y culturales dependen y están en función del sistema económico imperante, el capitalismo. Desde esta perspectiva, también sería un error el aspirar a una sociedad igualitaria donde hombres como mujeres tengan los mismos derechos sin derrocar el sistema de relaciones económicas. En otras palabras, obviar que el patriarcado como sistema de relaciones sociales basadas, legitimadas y perpetuadas por las relaciones opresivas impuestas por el sistema capitalista, es desconocer que todos los tipos de opresión y discriminación existentes, sean éstas, de género, edad, raza, etnia, orientación sexual u otras tienen su raíz en la opresión de clase. Al plantear esto, espero no ser juzgada como reduccionista o economicista, pero creo que entrar en los diversos debates que las distintas perspectivas de género han planteado -aun cuando muchos de ellos nos ayuden a entender el complejo fenómeno de la subordinación de las mujeres desde la subjetividad y los diversos mecanismos simbólicos de dominación utilizados para construirla- no sólo sería encapsular nuestro tema en discusiones cíclicas a veces metafísicas, sino que además sería encubrir o bien difuminar el verdadero rol que juega la clase social en nuestra opresión y subordinación fortaleciendo de este modo el establishment. En efecto, reconozco la relación dialéctica que existe entre el género como categoría de análisis de las relaciones socio-culturales e históricas que se dan entre los sexos y el enfoque materialista, pero creo que la mejor opción, o al menos la mía, es ver de qué forma ambos enfoques pueden ser complementados a fin de generar avances en el conocimiento teórico y la realidad material.

Es en este sentido, que creo de vital importancia el contribuir a derribar ciertos mitos simplones existentes en el imaginario femenino, ya sea por la vía de aclaraciones conceptuales o bien por el des-cubrimiento de lo que muchos de estos conceptos encubren, pues es así que podemos entender como algunos de ellos tales como: el de “solidaridad de género”, “igualdad entre mujeres” o inclusive el concepto de la diferencia que se da al interior del género, pueden llevar a generar la confusión política e ideológica que invade el “common sense” (sentido común) de muchas mujeres chilenas. De hecho, no creo que exista mujer chilena alguna que ante la agudización de la debacle social en que la Concertación y sus socios de la Alianza por Chile nos tienen sumidos por años, en alguna oportunidad no haya escuchado de labios de otra mujer: ¡que rabia! ¡estoy segura que le hacen esto a Bachelet sólo porque es mujer! He ahí la compasión, la “solidaridad de género”, la que impide ver que Bachelet, al igual que Condolessa Rice en Estados Unidos, no hacen más que representar y defender los intereses de la clase social a la que pertenecen, lo que en suma no significa más que mantener incólume un sistema capitalista y neoliberal que ha tenido sometida durante décadas a la clase trabajadora, a condiciones laborales propias de la esclavitud, sobreviviendo y totalmente expropiados del derecho que todo ser humano tiene de vivir una vida digna. De otro modo, cómo se explica que Bachelet “la mujer presidente” no se pronuncie sobre la posibilidad siquiera de derogar la constitución ilegítima del 80, llamando a una Asamblea Constituyente, para que sea el pueblo quien democráticamente exprese su voluntad en una Nueva Constitución y de este modo haga lo que cualquier demócrata (o peor aún “socialista”) que se precie de tal haría. Tampoco se puede explicar que la doña como Ministra de Defensa de Lagos (quien asegura ser: “su padre”…) haya sido una de las ministras que más gastó fondos fiscales, que nos pertenecen a tod@s los habitantes de este país y que bien debieran invertirse en nuestra prácticamente privatizada educación, en armamento bélico; o peor aún, que haya enviado en conjunto con los “defensores mundiales de la paz y la democracia”, Estados Unidos, “tropas de paz” a Haití. De este modo, también es inexplicable bajo el concepto de solidaridad de género o igualdad entre mujeres que la Presidenta, aquella que es madre, en vez de prolongar el tiempo de post-natal que toda madre bien sabe lo doloroso que es separarse de sus hijos, con mayor razón a tan temprana edad, defienda la promulgación de leyes que pretenden flexibilizar el pre-natal, con todos los riesgos que esto puede conllevar, a fin de que las mujeres produzcan hasta cuando puedan para así tener más tiempo para estar con sus hijos durante el post-natal. Ciertamente, innumerables son la razones que explican lo que acá he planteado, es decir, que ser mujer no significa que todas somos iguales, pues nuestras diferencias radican en la clase social a la que pertenecemos y en consecuencia, nuestra lucha estará orientada en función de la conservación y aumento de los privilegios que ésta nos otorgue, o bien como es el caso de la mayoría de las mujeres trabajadoras chilenas nuestra lucha estará dirigida por todos aquellos derechos de los que hemos sido despojadas como mujeres y como trabajadoras.
Finalmente, que en este 08 de marzo y en todos los días del año, el homenaje vaya a todas esas luchadoras sociales reconocidas y anónimas que a lo largo de nuestra historia tomaron como opción de vida la lucha por sus derechos como mujeres y como trabajadoras, quienes concientes de que no encontrarían solución a las condiciones de explotación creadas por el capitalismo por sí solas, decidieron unirse a sus compañeros en la lucha por la emancipación de su clase, la lucha por el socialismo, pues será solo entonces que Una Vida Digna para Tod@s podrá ser realidad. Mujeres: el llamado sigue siendo el mismo:

¡A unirnos y organizarnos!

¡A no olvidar, que el poder de nuestra clase reside
en nuestra organización!