10 de marzo de 2007


Transantiago:

“Otra Concertación de la Alianza por sus propios intereses"


Para nadie, al menos de Santiago, les parecerán ajenas las siguientes palabras: “Paciencia, levantarse más temprano, boicot y comprensión”, pues éstas han sido las más frecuentes y desvergonzadas frases enunciadas desde el gobierno durante las últimas semanas, ya que el debut de uno de los proyectos más jugosos de la “era Lago$” resultó ser un certero golpe a la dignidad y calidad de vida de los miles y miles de trabajadores que a diario deben cruzar literalmente de extremo a extremo la cuidad para llegar a sus lugares de trabajo.

Claramente, para la Concertación y la Derecha no basta con que los trabajadores tengamos que enfrentar diariamente condiciones laborales sólo extrapolables a los peores años de esclavitud, es decir, jornadas extenuantes, tratos indignos (poco falta para que tengamos que agradecer que nos paguen el sueldo), sueldos miserables a cambio de un trabajo propio cuyo fruto es ajeno y junto con esto la incapacidad de cubrir adecuadamente necesidades básicas que poco a poco empiezan a transformarse en lujos para la clase trabajadora chilena, nos referimos con esto a salud, alimentación vivienda, educación, entre tantas otras. Tampoco les basta que nuestras familias estén desintegradas porque simplemente no tenemos tiempo para estar con ellas, pues trabajar es necesario para sobre-vivir. Ahora ellos, “los defensores de los pobres y la modernidad” nos imponen un nuevo alivio: la involución del Sistema de Transporte, representada en su flamante Transantiago. Razón tenía Sergio Espejo actual Ministro de Transporte cuando afirmaba que el Transantiago nos cambiaría la vida, pues éste se adjudicó con creces dicho mérito, hoy no sólo andamos como verdadero ganado en las micros metro, esto es, entre 6 a 7 personas por metro cuadrado, sino que además nos demoramos hasta tres veces más en llegar a nuestros lugares de trabajo y hogares; todo esto sin perjuicio del cómo se ha puesto impunemente en riesgo la integridad física especialmente de ancianos, niños, embarazadas y discapacitados, pues en el Transantiago simplemente no hay espacio para ell@s. De este modo, queda al desnudo uno de los mitos más bullados en las falaces bocas del gobierno, esto es, la supuesta seguridad que el nuevo sistema de transporte traería a la población. Por lo mismo, es que no podemos obviar cómo éste ha favorecido a la delincuencia, ya que ahora tenemos que caminar cuadras y cuadras por lugares aislados que no cuentan con ningún tipo de seguridad ni iluminación, en este sentido es alarmante ver cómo las agresiones y violaciones sexuales en contra de mujeres se han incrementado, sin olvidarnos cómo las condiciones de hacinamiento en los distintos tipos de movilización han posibilitado los conocidos “cartereos”. Claramente, lo único seguro en el Transantiago es el cobro de la tarifa y las jugosas ganancias que ya comienzan a amasar los empresarios de micros y metro. De los miles de trabajadores que pedían que los llevaran por $200, porque su miserable sueldo no les alcanza ni hablar, pues tampoco hay espacio para ell@s y claro que tampoco podemos obviar que desde Agosto en adelante este será un problema de tod@s, pues aún permanece en la incógnita cuál será el costo monetario total de su desvergonzado proyecto aunque ya algunos aventuran en $500. Respecto del tema de la delincuencia, es necesario ser categóricos en recordarle al gobierno y sus asociados (Alianza por Chile) lo que ellos muy bien saben, es decir, que éste problema, como todos los que padece nuestra sociedad, no se solucionará construyendo más cárceles y centros de “deformación”, para todos esos menores y adultos, pues ellos no son más que el producto del sistema económico, político y social que tenemos, un sistema capitalista y neoliberal salvaje que no sólo se ha encargado de reproducir, agudizar, naturalizar y eternizar su condición de excluidos, sino que además requiere para su subsistencia y la de quienes lo sustentan el relegar progresivamente a toda la humanidad a la misma condición.

Pese a que en un comienzo pensamos que el Transantiago no pasaba de ser un mal chiste (propio de los de Mr. Richard Lakes), no podemos olvidar uno de los tantos descarados subterfugios que varios voceros de gobierno han utilizado para defender lo indefendible, como por ejemplo: “que el caminar largas y largas cuadras disminuiría la posibilidad de enfrentarse a enfermedades cardiovasculares y el sedentarismo”, o más gracioso aún: “que la contaminación ambiental, acústica y junto con ello la congestión disminuirían”, inevitable es la pregunta: ¿hasta qué punto nos han subestimado, o es que están tan seguros de lo que han hecho con nuestro sistema educacional, que creen que sólo arroja seres incapaces de pensar y darse cuenta de lo que tanto tiempo llevan haciendo?. Sin duda debe ser por su “tan desarrollada vocación de servicio público” que Chile Deportes, organismo que debiera diseñar políticas públicas que le quiten el carácter elitista y profesional al deporte en Chile y de este modo convertirlo en una necesidad básica en el desarrollo de una vida digna, continúa en las sombras de su verdadera vocación o peor aún que no existan mecanismos serios de control y fiscalización de quienes verdaderamente generan los más altos índices de contaminación en Santiago y Chile en general, esto es, las industrias.


Más fétido de lo que parece…

Hasta acá queda lo de conocimiento público de su verdadera vocación pero, ¿qué o quiénes están detrás del Transantiago? Interesante ha resultado cómo el gobierno a través de las multas cursadas a algunos miembros del nuevo monopolio en transporte (10 consorcios en total) Manuel Navarrete y asociados y Juan Pinto, dueños de Buses Metropolitanos, Buses Gran Santiago y Comercial Nuevo Milenio respectivamente, ha tratado de desentenderse de la responsabilidad que le compete como gestor, diseñador, y ejecutor del fraude Transantiago; presentando el problema ante la opinión pública como si fuera responsabilidad de los privados involucrados quienes “actuando de mala fe o negligentemente” no han respetado los acuerdos. Lo cierto es que indagando un poco nos encontramos con que además de todas las aberraciones ya señaladas, éste su “negocito estrella” ha quedado en familia. Es así como dentro de los principales conglomerados del nuevo monopolio Transantiago (cuyo 50% corresponde a capital extranjero), encontramos no sólo que algunos se encuentran lideradas o tuvieron la participación de quienes fueran personeros del gobierno de Lagos, sino que además hay quienes otrora estuvieron involucrados en bullados casos de corrupción y fraude al fisco. Entre los nombres de la Gran Familia destacan, Bernardo Espinoza Bancarali (involucrado en el Caso Corfo Inverlink), Ricardo Solari (ex Ministro del Trabajo de Lagos), José Yuraszek (procesado el caso Chispas-Endesa), Javier Etchberry (ex Presidente de Banco Estado y Ministro de Obras Públicas y Transportes durante el gobierno de Lagos), Blas Tomic (Miembro del directorio del Metro y ex Presidente de Alsacia) entre otros.
Pero esto no es todo. Considerando que el transporte “público” en Santiago genera unos US$700 millones al año, se crea entonces el AFT (Administrador Financiero del Transantiago) con el propósito de administrar dichos ingresos. El AFT, que ganó la concesión por 12 años suscribiendo a un contrato que les reportará ganancias de US$450 millones anualmente, está conformado por el Banco Estado, Banco de Chile, de Crédito e Inversiones, Santander-Santiago, CMR Falabella y Sonda quien es la encargada de entregar el soporte tecnológico. Pese al silencio del monopolio comunicacional existente en Chile, pero como bien dice la sabiduría popular sobre que “no hay mal que dure 100 años” probablemente no falta mucho tiempo para que sepamos cómo el AFT ganó aquella jugosa licitación. De hecho, en abril de 2005 el Banco Estado se adjudica la licitación a la cabeza del consorcio AFT, pero meses más tarde estallaría la polémica tras la querella por US$ 390 millones que Roberto Sone uno de los dueños y representante en Chile de TIMM (Transporte Inteligente Multimodal) hace en contra de Sonda S.A y NEC Chile por utilización de “información confidencial” tanto de sus equipos, sistemas GPS, pantallas publicitarias, sensores y software, etc; en otras palabras, “robo de tecnología”; adjudicándose de este modo la licitación de forma ilícita. Aun cuando TIMM fue invitado a participar, desde el 2004, en el estudio preliminar de la propuesta para la licitación del AFT por Sonda y Nec, situación en la cual éstos habrían obtenido la información denunciada por TIMM, estos: Sonda y Nec no sólo no habrían respetado 2 acuerdos de “confidencialidad y no divulgación” suscritos con TIMM apropiándose de la información indebidamente, sino que además la utilizaron sin autorización ni pago por ella, según denuncian los abogados de TIMM Sergio Lewin y Sergio Oyarce.
Sin duda dicha situación es de conocimiento del gobierno, pues ésta se encuentra desde hace tiempo en tribunales, no obstante, claro está que por la directa e indirecta participación de varios de personeros de la Concertación, caso muy comparable al turbio MOP-GATE, en el que nuevamente aparece en tela de juicio el nombre de su “honorable” y veterano estandarte Ricardo Lagos, y por toda la polémica desatada por la disfuncionalidad del Transantiago, este nuevo caso de corrupción tardará un poco en salir a la luz ¿pública?.
Pareciera ser que poco a poco la corrupción y el robo descarado, de la casta política de nuestro país, comienzan a naturalizarse en el imaginario colectivo chileno. No obstante, no debemos olvidar que los únicos perjudicados somos nosotros: los trabajadores, pues cada centavo que estos “gatos de campo” y sus amigos rapiñas extranjeros se apropien, nos pertenece a cada uno de los habitantes de este cada vez más ajeno país. Es por esto, que una vez más reiteramos el llamado a organizarnos por la base bajo la premisa de que nuestro poder como decía Luis Emilio Recabarren reside precisamente en nuestra organización. No obstante, ante la nueva debacle generada por la Concertación y sus asociados Alianza por Chile y capital transnacional proponemos:

1. Re-estatización del Transporte Público en Chile lo que incluye a las vías concesionadas, bajo una concepción social que se ajuste a los ingresos de la población.

2. Congelamiento indefinido de la tarifa actual $380 y pasaje diferenciado para tod@s aquellos trabajadores que no pueden costear su movilización.

3. Que el Sernac curse acciones legales no sólo en contra de los privados responsables de entregar el asqueroso y deficiente servicio que hoy estamos recibiendo, sino también en contra el estado por ser el primer responsable de tal situación. O no es ¿que acaso, según su propio sistema, el cliente siempre tiene la razón?


“A unirnos y organizarnos AHORA, pues como decía Clotario Blest:

“La clase trabajadora es la única que puede castigar implacablemente a quienes la han traicionado”

* Artículo publicado en nuestro segundo número de, "El Despertar de los Trabajadores", órgano de difusión oficial del Movimiento de Trabajadores por la Base -MTB-

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